A lo largo del año, pero con especial intensidad en el mes de agosto se celebran en los barrios del municipio, donde se aúnan dos tipos de atracción: la celebración religiosa en honor de los santos patronos o de la Virgen del lugar y las diversiones paganas con mayor o menor afluencia y pervivencia de la tradicionalmente folklórico. Romerías, músicas y bai les, cultos religiosos, competiciones deportivas, concursos…. componen una estampa clási ca que se repite con escasas variaciones.
Las fiestas son esto y mucho más: son los amigos que están fuera y que vuelven, el pito y el tambor (antes), las “macro-discotecas” al aire libre ahora, los bailes, las canciones y sobre todo, ese sentido de la alegría y de la participación popular. En la época estival el Valle parece estar siempre alegre, pues prácticamente cada barrio tiene su fiesta. Son muchas y muy esparcidas, las más significativas tienen una ubicación clara en el calendario, como son: